sábado, 8 de septiembre de 2012

¡Hagan juego señores!

Me da  la sensación de que no sabemos lo que queremos.
Podemos exportar esta reflexión a muchos aspectos de nuestra vida pero yo hoy quiero decir algo sobre uno de los temas estrella del día: la concesión de EuroVegas a la Comunidad de Madrid.
Hasta hace pocos días oía a algunos de los tertulianos más afamados de la radio catalana divagar sobre el tema. Es cierto que los había contrarios pero muchos de ellos se esforzaban en sacar a relucir lo positivo del proyecto y los beneficios que tendría sobre la zona del Llobregat en la que se quería ubicar, incluso se hablaba sobre la posibilidad o necesidad de modificar la normativa  urbanística de las alturas de los edificios (por la cercanía del aeropuerto), pero lo que más se resaltaba era la potencialidad del pueblo catalán, de nuestras características intrínsecas de trabajadores incasables y responsables para poder hacer frente a tal magna proposición. Se nos llenaba la boca por ser los "elegidos"
Cuando Madrid (la pérfida Madrid, la innombrable) entró en liza se enarboló de nuevo el discurso victimista de los que ven en toda acción que viene del centro de la península un ataque a los más profundo de su ser, sin darse cuenta que esto es un negocio y quien decide, mal o bien, es el dueño del cotarro, te guste o no las reglas del juego son estas.
Cuando la Presidenta de la Comunidad de Madrid suelta que es posible que la concesión sea para "ellos" comienza la paranoia que me lleva a escribir hoy. "Los de aquí" (soy catalana y vivo en Catalunya) dan un giro en redondo a la estrategia y comienzan a vendernos la moto e intentan hacernos comulgar con la idea de que construir tal complejo es lo peor de lo peor.
¿Donde está el crecimiento, la creación de empleo, la llamada a un turismo con posibles que gaste lo que el turista alpargatero no gasta?...
Ahora resulta que no lo queríamos, que preferimos otro megacomplejo cerca de otro destino turístico de ocio algo más alejado de Barcelona, pero que vamos a denominar Barcelona no se que porque parece que el nombre de Tarragona no tiene tanta tirada.
Resulta que este proyecto es de "más categoría" y pega más con nosotros según leo que declaran desde el Govern de la Generaliatat, así que ya nos hemos hecho la foto con los promotores y posiblemente se hayan pactado ya las comisiones o prevendas que se van a recibir a cambio (presuntamente of course).
En mi opinión todo esto no es más que otra pataleta de niño tonto que se enfada cuando no consigue lo que quiere. Y no me mal interpretéis, pongo la mano en el fuego y afirmo que los de "allí" hubiesen hecho lo mismo de haberse tomado la decisión contraria.
La cuestión es menospreciar lo de los demás aunque sea algo que yo quería hasta hace dos minutos. El proyecto de EuroVegas puede ser cutre, yo no lo se y dudo que me desplace a Madrid a visitarlo. Tampoco he visitado Las Vegas pero es que mi concepto de relax, descanso y diversión dista mucho de sitios con ruido, luces, fiesta y música. A mi dame un hotel de 5 estrellas, en una playa de las Maldivas y a lo mejor aciertas.
El de Catalunya será igual y como lo tengo al lado de casa es posible que, en un momento de claudicación emocional, me deje arrastrar hacia allí. No lo se francamente, pero los comentarios de los unos y los otros me sacan de mis casillas.
Mi, me, yo y conmigo son las palabras que más deben sonar en el cerebrito de algunos dirigentes políticos (y lo de cerebrito no va con segundas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario