sábado, 29 de junio de 2013

Supositorios y demás

Estoy otra vez de guardia "gracias" al inoportuno cólico nefrítico de un compañero. En este momento la cosa está tranquila y me he dedicado a leer algunos tuits retrasados. Me he detenido en la recomendación de una de las personas que más sigo de Twitter  y que os recomiendo:
@mrsrosaperez: Me ha encantado este post de @Shora  http://t.co/VTLYNU0LhK Tengo el vídeo pendiente! Pronto en el blog...
La entrada al blog no tiene desperdicio y además, aunque se refiera a la colocación correcta del supositorio, está escrita desde la vertiente científica y no escatológica del tema (ya me veo a algunos esperando leer "guarredillas españolas") Os dejo el enlace directo, no os lo perdáis.
Esto me ha hecho recordar una anécdota que le explicaba a una paciente esta semana después de indicarle un parche de nitroglicerina (tranquis no va a explotar, es un vasodilatador coronario). 
Los parches se colocan en cualquier zona de piel sin pelo y sin heridas o erupciones. Le he explicado que la parte que pega es la que se aplica sobre la piel...¡porque no todo el mundo lo tiene tan claro!
Hace unos años citamos a una paciente a hacerse un electrocardiograma de control, yo le había indicado el mismo tratamiento que a la paciente actual. La veo llegar, la saludo y pasa a la consulta de la enfermera que, unos minutos después me llama. Yo pienso que debe existir un problema en el registro pero no, resulta que la pobre señora llevaba un círculo de plástico duro pegado con esparadrapo y a nuestra pregunta de ¿Pero que se ha puesto aquí? nos responde toda seria que "...no debe estar bien la caja por que no se pega..." Os podéis imaginar que es circulito de plástico era el protector y que el parche era desechado en cada ocasión. Una anécdota pero algo no extraordinario a la hora de la comprobar la toma de los medicamentos.
En especial en la gente mayor no debemos dar por sentado que han entendido nuestras instrucciones sin comprobarlo de forma clara. Algunos sistemas de administración de fármacos son verdaderos enemigos de la correcta cumplimentación y adherencia al tratamiento. 
Otra batallita es la del paciente que usaba un dispositivo de inhalación que lleva una cápsula que debe cambiarse en cada toma...no se había enterado y la primera cápsula estaba destrozada "ya decía yo que no salia nada..." o la del que se descompensó de su bronquitis crónica a pesar de usar "el medicamento que nunca se acaba". No existe tal panacea, todos los medicamentos se acaban antes o después, lo que él confundió con su inhalador   habitual fue el dispositivo que usamos para hacer rehabilitación respiratoria (el que lleva la bolita que sube y baja), al dárselo de forma novedosa pensó que se lo habíamos cambiado por el antiguo y pasó lo que pasó.
La indicación de un fármaco no es cosa de risa pero a veces nos hace sonreír. Hay que dedicar unos minutos a explicar qué, como y cuando hacer las cosas, si no lo hacemos podemos pasar a llorar y algo de culpa tendremos del desenlace.

PD: Yo he visto un supositorio metido por el conducto auditivo externo (o sea por el oído), se le había  indicado por otalgia o dolor de oídos y por allí que se lo metió....ni decir tengo que seguía con ese proceso y un poquito más de dolor...y vergüenza. 



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