Como algunos de vosotros sabéis yo soy runner, o sea que salgo a correr como otros muchos locos sin más objetivo que disfrutar (y bajar o mantener el peso añado). Y hoy he descubierto que otra se ha unido al grupo y lo prometido es deuda: si haces la media yo la corro contigo.
También he comentado en alguna ocasión que soy un poco friki de los gadgets o complementos del corredor, que si la música, que si el pulsómetro para ver la distancia, recorrido, ritmo, calorías gastadas...y no dudo en gastar dinero en unas buenas zapas y en ropa técnica. Hoy me he dado cuenta de que soy mayor y de que el tiempo pasa y las cosas mejoran. Hemos mejorado nosotras, por que estamos "astupendas" y ha mejorado la ropa deportiva que llevo actualmente cuando hago deporte. Como podéis ver en la foto adjunta el chándal del uniforme ¡no tiene desperdicio!
Ayer le comentaba a mi sobrina mayor, que va al mismo colegio al que iba yo, que hoy tenia una comida de esas de "remember when..." y ella me preguntó:
-"¿Y que vais a hacer?"
- Pues comer, hablar, hablar, comer, hablar, beber, comer, hablar, reír, hablar...recordar.
Y eso es lo que hemos hecho las 25 que nos hemos reencontrado hoy después de 28 años.
Hemos hablado mucho, hemos reído bastante, hemos recordado aún más.
Visita incluida al colegio, al que algunas no habían vuelto en todos estos años. Yo si he ido alguna vez, una de ellas hace un tiempo junto con mi abuela materna, mi madre y mi hermana, tres de las cuatro generaciones que hemos tenido la suerte de pisar sus aulas y sus patios. Sé que la emoción ha hecho acto de presencia en algunas de ellas, incluso en aquellas que se creían duras pero son sensiblonas (como yo, que ahora estoy de un pastelona total).
Hemos hecho fotos en la entrada del colegio, en el patio de abajo, en el restaurant con batas autografiadas incluidas que parecían haber sido guardadas en una cápsula del tiempo (¡eso si que es tinta indeleble!)
Hemos descubierto algunas cosas que nos unen aún más. Hijos y sobrinos que van a la misma clase, amigas compartidas, amigos compartidos, peridurales por enchufe...el mundo es un pañuelo pero en este caso no está llenos de mocos si no de lágrimas de emoción (toma pasteleo otra vez)
Desde hace un rato los mensajitos al wasap de grupo son un continuo deseo de no volver a estar desconectadas tanto tiempo, voluntad de nuevos reencuentros y manifestaciones de cariño, emoción y alegría sin contención. Dicen por ahí que a las 10 de la mañana ya lloraban el reencontrarse algunas de ellas...y no lo pongo en duda.
Espero y deseo poder escribir otras entradas en mi blog y aburriros con las historia de abuela cebolleta por que eso querrá decir que los deseos se han convertido en realidad y ¡que seguimos dando guerra!
PD: Noies jo també he disfrutat del dia d'avui, dels records i de la vostra companyia (de Maria para más señas ja,ja)
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