¿Donde quedamos?

La polémica que ayer vivimos en Twitter tras el comentario de @juliomayol por sentirse insultado en los vídeos de la campaña #6 minutosAP capitaneada por @doctorcasdo me ha recordado la que os describía hace unos días en mi entrada Muchas cosas buenas. A otro nivel se ponía encima de la mesa lo que ahora están interpretando dos de los grandes de la blogosfera sanitaria. Comentarios malinterpretados, necesidad de ser protagonistas de una película en la que no participas. 

No creo que los vídeos insulten a nadie y mucho menos menosprecien a otros profesionales. Sencillamente se expresa la situación de una parte del sistema sanitario, no analiza todo él en profundidad, por lo tanto no podemos sacar otra conclusión que la de que la medicina de familia tiene la necesidad de exponer aquello que ya vomitamos delante de la máquina del café durante años y años. Somos el patito feo y eso es una realidad. Otra cosa es que la realidad de los otros sea igual de mala. Eso no lo negamos. Yo no lo niego. Os invito a leer alguna de mis entradas para saber lo que yo pienso de esto. "Mi querido especialista", "Doctor Sheriff supongo", "Y seguimos para bingo" son algunos de los titulos imprescindibles de mi producción literaria #modoironiaon.

No voy a volver a decir lo que otros, incluidos @doctorcasado, han manifestado en las últimas horas. Que si la culpa no es de los médicos si no del sistema, que si es una pena que no nos podamos comunicar entre nosotros, que si así no vamos a ninguna parte, que si patatim o patatam...

Lo socialmente correcto es decir con buenas palabras lo que hace años estamos , cada uno desde nuestro lugar, expresando pero no solucionando: la primaria o la medicina de familia no se entiende con la hospitalaria (no voy a caer en decir especializada porque yo también soy especialista y por lo tanto hago medicina especializada, no de alta tensión o tecnología punta, pero si especializada)

Que no se entienda ahora no quiere decir que no se pueda entender.

Esto no es como la canción de Alaska y Dinarama que reza "ni tu ni nadie, nadie puede cambiarme..." Si esto no se pudiese cambiar ninguno de vosotros estaria donde está, ni dedicaria tiempo y esfuerzo a exponer y compartir.

Me parece que las cosas se pueden decir en público y en alto, pero siempre de forma correcta.

Creo que el final de la conversación merece una sobremesa larga y sin prisas, yo me ofrezco a pagar la cuenta para que habléis y pongáis encima de la mesa todo aquello que no os ha gustado, os ha molestado o sencillamente os jode. Lo digo en serio, vosotros reserváis, vosotros habláis, nosotros os leemos en las reflexiones finales, todos salimos beneficiados y ...yo pago. Por ahora me lo puedo permitir y vendría al café pero me pilla lejos.

No tenéis excusa guapos, así que poner fecha y poneros manos a la obra.