Hoy día 24 de noviembre de 2012 es, de nuevo, jornada de reflexión antes de unas elecciones democráticas en este nuestro país. Y como si de un sabat judio se tratase debería descansar y dedicar este día al señor, o en su defecto a mi misma y por eso no voy a escribir nada nuevo pero os dejo aquí la entrada que publiqué hace un año el día antes de las elecciones generales de 2011, por que en el fondo lo que no quiero es hacer comentarios que puedan confundir o molestar...ya veré lo que escribo mañana y creo que me voy a quedar descansada.
Algunas reflexiones son específicas de esa jornada pero otras son generales, no he cambiado ni una coma.
Reflexionando, reflexionando!
Hoy es día de reflexión, así que debería haber estado en mi sillón cómodamente aposentada haciendo girar las ruedecitas de mi cerebro para decidir por quien voto, pero en lugar de eso he ayudado a mantener este servicio publico denominado sanidad haciendo 12 horas de guardia que ya han finalizado.
Si, aunque alguno de los que dice conocerme, cree que sabe a pies juntillas a quien votaré, yo aun estoy indecisa, pero es una indecisión pequeñita.
La cuestión que hoy quiero comentar no es la de cual es mi decisión final si no el hecho de votar y lo que ello significa.
A la hora de comer he podido ver las noticias y hacían un reportaje sobre la nueva ola de indignación puertasolera que se ha desplegado aprovechando la convocatoria electoral.
Y comentaban en la tele que los tales indignados, por los que no tengo ninguna simpatía, y lo digo por que no soy hipócrita, reniegan de las elecciones y vociferan alto y claro la consigna "no nos representan", incluso una de ellos decía ante la cámara "salga quien salga no nos representa".
Vamos a ver, ¿en nombre de quien hablas tu? ¿hablas en boca de los reunidos en La Puerta del Sol? pues me parece muy bien, pero que sepas que si tu no votas no tienes derecho moral de quejarte, que si no te gustan los partidos llamados grandes tienen partiditos tipo el antitaurino y demás que se alegraran de recibir algún voto, que si no os gustan las opciones políticas actuales tenéis la alternativa de crear el vuestro propio y dejar de quejaros y empezar a hacer algo útil por la sociedad a la que decís defendéis.
Os digo también, que me parece de una hipocresía supina no aceptar los resultados electorales, ninguneando los votos de millones de ciudadanos españoles que nos vamos a dignar a ir a votar y luego pedir que papá estado subvencione vuestras matrículas universitarias, los colegios, la sanidad, los servicio sociales...que no digo yo que no se tenga que hacer.
El juego democrático es éste y tiene estas reglas. Y si no te gustan te quedas fuera. Si un partido político sale elegido debéis respetar la resolución de las urnas y punto.
Me mandan un tweet graciosillo que dice "para todos los que han dicho que se van del país si gana el PP, Iberia ha fletado 10 vuelos. Lunes 10 de la mañana en la T4 de Barajas. Ciao"
Me da lo mismo si es un partido u otro. Gane quien gane debemos "quedarnos" y no huir de forma virtual y cobarde por que no nos gusta el resultado. Llorando y enfadándote como un niño pequeño no ayudas al país solo demuestras poca implicación y buscar el camino más fácil.
La cosa está mal pero la ilusión debe ser lo último que perdamos. Yo si voy a arrimar el hombro y poner mi granito de arena para levantar a mi país, esto es lo que pienso, lo que siento y...no tiene por qué gustarte.
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