Me piden que participe en una campaña para informar a futuros residentes de la opción de escoger Medicina Familiar y Comunitaria #EligeMFyC y esta es mi pequeña aportación
Yo no quería ser médico de familia, lo he dicho en alguna otra entrada y lo vuelvo a reconocer. De hecho no tenia ni la más puñetera idea de lo que era serlo. Cuando aprobé el MIR, un examen difícil cuya puntuación hoy me hubiese permitido acceder a otras especialidades, solo quedada medicina de familia y escuelas así que cogí la maleta y me planté en la ciudad donde aun vivo a cumplir con los tres años de formación con una única idea...volver a presentarme para hacer otra cosa.
Las circunstancias hicieron que siguiera la inercia de las opciones de trabajo al final de la residencia y lo hice orgullos de poder quedarme en el hospital. Trabajé de adjunta de urgencias en varios lugares hasta que me harté de...todo y busqué cobijo "en la primaria" como si ir a primaria fuera ir de vacaciones o a ser hacedora de volantes y recetas pero en ese momento era lo que necesitaba: relax y poco trabajo.¡Qué equivocaba estaba!
El único relax que he encontrado es el de sentirme bien con lo que hago, con el reconocimientos de mis pacientes e incluso de mis compañeros. El que quiera venir a tocarse las narices o las gónadas que busque otra opción, la medicina de familia no es para cobardes ni para vagos ¡es para fuertes de cuerpo y espíritu! La única forma de estar relajado en una consulta de familia es hacer las cosas mal y eso es algo que un médico no se puede permitir.
¿Y trabajo? el trabajo te sale por las orejas, se te cuelgan los pacientes de los apéndices auriculares y te acompañan hasta cuando vas al lavabo (que la micción es algo que sigue presente aunque trabajes en la primaria) Pero puedes hacer de todo si quieres. Hay que asumir hasta donde tenemos y debemos asumir. Iniciamos los estudios de muchos procesos patológicos, descartamos sospechas diagnósticas de forma rápida, filtramos (si nos dejan, que esa es otra) las derivaciones a los demás especialistas, acompañamos a los pacientes en la toma de decisiones, en las penas y las alegrías...esto queda muy bucólico pero es así.
En mi experiencia personal os diré que tengo días en que lo mandaría todo a la mierda pero no es por lo que soy, es por lo que no me dejan ser y hacer. La lucha diaria es contra ese sistema que no nos reconoce, contra ese gigante castillo hospitalario y sus dragones que no dejan de expulsar fuego contra nosotros por sus fauces feroces pero cada uno de nosotros, los médicos de familia orgullosos de serlo, podemos ser un Sant Jordi que luche contra ellos para conquistar el corazón de la princesa...y esas princesas son ahora los médicos que han de escoger especialidad, esperamos conquistar algún corazón. Y a los que no nos elijan solo les pido respeto, somos necesarios y somos iguales
Se me llena la boca de orgullo cuando me preguntan la especialidad que tengo y digo "familia"
PD: no suelo ser tan cursi pero no queria asustaros con mi discurso habitual pero podeis revisar alguna estrada del blog...o mejor cuando ya seais residentes de familia
Fantastico !!!
ResponderEliminarMagnifica entrada.Es genial.un abrazo