Dice Haruki Murakami en su libro De qué hablo cuando hablo de correr que si se escribiera una película sobre su vida se eliminarían todas las escenas en la sala de montaje, cree que no son situaciones especiales para el espectador pero..."son recuerdos valiosos llenos de sentido".
Estoy empezando a releer este libro que compré hace un par de años en plena obsesión por el correr, obsesión que nunca a llegado a ser patológica pero que llenaba parte importante de mi tiempo, ya fuese en modo activo (corriendo se entiende) o en modo pasivo leyendo revistas, mirando material u otros "complementos"
Puede ser que el libro lo comprase en algún momento de mis 5 meses lesionada por el síndrome de la cintilla iliotibial, una putadita que apareció tras concluir mi primera media maratón (después sólo he finalizado una más, y media) buscando motivación para volver con más fuerza.
Hoy, a 6 días del pistoletazo de salida de mi tercera media maratón, no he ido a entrenar. Mi cabeza y mi cuerpo han buscado excusas: que si me duele la rodilla, que si volvía de Barcelona después de estar allí todo el día en una jornada de formación, que si llueve o parece que va a llover...todo excusas por miedo.
Tengo miedito a lo que pasará, a si podré empezar, a si podré acabar, a si cumpliré el ritmo en los pasos kilométricos que marca la organización, a si va a llover...a todo.
Comentándolo con una amiga del grupo me ha hecho ver que mis miedos me los creo yo, que todos tienen miedo, que no hay ninguno del resto del equipo que no tenga unas cuantas cagarrinas mentales a estas alturas, que no estoy ni voy a ir sola y que soy yo la que debe sacar de adentro estas sensaciones que me bloquean ¡y joder si me bloquean!. Lo comprendo y acepto pero me cuenta controlarlo.
Otra amiga me dice que no sabe por que me meto estas ideas en la cabeza...ni yo.
Y el que tiene más experiencia en maratones me comenta que debo llegar tranquila, que no me agobie y si corro que sea para chalar...haré lo que se pueda y si no "tal dia farà un any".
Si algo tengo claro es que voy a ir a San Sebastián con la maleta preparada para correr pero también tengo cristalino que no voy a lesionarme por ser una inconsciente (tranquila mamá). Si no llueve saldré, correré y ayudaré a la compi que hace la media conmigo para que ella cumpla con su sueño y si no puedo acabar pararé y saldré del circuito y volveré con la cabeza bien alta por que lo habré intentado, y pediré a los del grupo que no corren que me acompañen a tomar un pincho mientras esperamos a los valientes.
Me "tuiteo" hace bastante con un amigo virtual que va ha hacer la Maratón ese mismo día, él también tiene sus miedos pero se los va a comer con patatas (está en plena dieta de sobrecarga de hidratos de carbono) y lo mejor de todo es que nos vamos a desvirtualizar y eso también da miedo por que Twitter engaña.
Como dice Haruki tal vez mi vida no sea para plasmarse en la gran pantalla pero ¡qué coño es la mía! y tengo que disfrutarla y reconocer esos buenos momentos como los que vivo cuando entreno con el grupo, cuando leo los mensajes en el wasap o cuando comentan las entradas de este blog. Ellos estarán cagados pero lo disimulan muy bien, ya la miedo ¡que le den!
Hoy la blogterapia me tiene que ayudar a desbloquearme y dejar los miedos en Tortosa, esos mismos miedos que otra amiga ha dejado este domingo en la Maratón de Valencia ¡Olé tu Trini!
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